Pese a que la volatilidad global jugó en contra, el índice de Condiciones Financieras (ICE) que mide el IAEF y la consultora Econviews continuó en terreno positivo y operó en agosto en 15,3 puntos. El componente argentino subió 10 puntos y quedó de nuevo en zona de confort, mientras que las condiciones externas cayeron 18 unidades.
El índice evalúa el estado de diez variables locales y diez internacionales relevantes para explicar el clima de negocios en Argentina. “Después de dos meses de zozobra, el mercado recuperó confianza en el plan oficial”, reza el informe. El Merval ganó 4%, el riesgo país dejó de subir y la inflación núcleo se acomodó entre 3 y 4% (en septiembre puede ser menos por la baja del impuesto PAIS). La brecha cambiaría se achicó de 45 a 37%, aunque con intervención del BCRA.
“No hubo cambios en los ‘fundamentáis’, ni los que ilusionan al mercado (el superávit fiscal y bajo nivel de deuda), ni los que lo preocupan (el atraso cambiado). La mayor diferencia con junio y julio es que el BCRA volvió a ser comprador neto de dólares en el mercado oficial, aunque u$s 537 millones no es suficiente para despejar las dudas sobre la salida del cepo o el pago de los vencimientos en dólares más allá de 2025”, agrega el estudio.
Esta vez, el problema estuvo en la volatilidad global. En agosto se registró la mayor caída de las Condiciones Financieras desde la invasión de Ucrania. El mes abrió con el “lunes negro” en el que la bolsa japonesa cayó 11%, arrastrando a los índices S&P 500 y Nasdaq que se hundieron 3% en un día. Si bien luego se recuperaron las pérdidas, el episodio dejó su marca y acentuó las preocupaciones ante una eventual recesión en los Estados Unidos.
Sin embargo, el IC.F cumplió cinco meses en zona de confort (encima de 0), algo que no pasaba desde antes de las PASO de 2019. El informe destaca que el próximo driver debiera ser la salida del cepo para consolidar la estabilidad financiera local.
El Cronista
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