Economía 13.01.25
Las proyecciones para este año en los mercados internacionales
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El mundo es un lugar cada vez más fragmentado y complejo, pero todos los que conozco parece estar obsesionados con una sola persona: Donald Trump. Todas las proyecciones sobre este año parten de la base de que Trump dictará las tendencias de la economía y los mercados mundiales.
Un único factor nunca es una base sólida para hacer previsiones. El mundo no es unipolar y no gira en torno a una personalidad, ni siquiera a una tan grande como la de Trump. Históricamente, el impacto de los presidentes estadounidenses en los mercados ha sido a menudo sorprendente, y en ocasiones mínimo.
Los inversores estaban preparados para una sacudida negativa cuando Trump llegó al poder en 2017, pero ese año resultó ser uno de los menos volátiles de la historia para las acciones estadounidenses. Trump amenazó constantemente con socavar China con aranceles y, sin embargo, durante su primer mandato, el mercado que mejor se comportó fue el chino, superando incluso al estadounidense.
Si el pasado es preludio, Trump 2.0 no se desarrollará como la mayoría de los inversores esperan. Irónicamente, la fe continúa en el “excepcionalismo estadounidense” supone que bajo Trump el mundo verá más de las mismas tendencias que vio bajo Joe Biden: el dominio estadounidense de la economía y los mercados mundiales, liderado por sus empresas tecnológicas de gran capitalización. Pero esas tendencias ya están muy extendidas y son vulnerables a fuerzas mayores que el presidente electo de Estados Unidos. Por diversas razones, la volatilidad podría volver a los mercados mundiales en 2025 y provocar cambios sísmicos.
Retorno de los contrarios
La historia demuestra que la economía mundial y los mercados se mueven en ciclos, no en líneas de tendencia rectas. La inversión contraria se basa en estas pautas. El tema de inversión de moda de una década suele saturarse, sembrando las semillas de su propia desaparición, y no sigue siendo el tema de moda en la siguiente. Pero aquí estamos, a mitad de la década de 2020, y la gran apuesta de la década de 2010 -las grandes tecnológicas estadounidenses- sigue dando sus frutos.
En el pasado, la lista de las 10 mayores empresas mundiales por capitalización bursátil cambiaba radicalmente con cada nueva década, Ahora, siete de las 10 son empresas que se mantienen desde la década de 2010, entre ellas Apple, Microsoft y Amazon. Las tendencias de los últimos 15 años se están agotando en medio de las crecientes manías por EE.UU. y la inteligencia artificial (TA), sobrealimentadas por el excesivo estímulo estadounidense, la gasmificación de la inversión y el auge de la negociación algorítmica y los gestores de cartera pasivos.
La destrucción creativa ha sido una característica definitoria y, de hecho, necesaria del capitalismo desde sus raíces en el Siglo XVIII; o ha muerto, o está latente y a punto de reaparecer. Yo apuesto por el regreso. Eso anunciaría un retorno (tardío) de la inversión contraria, empezando por un alejamiento de EE.UU. y sus principales empresas tecnológicas. EL
Momentum se desploma
Los traders momentum son el polo opuesto de los contrarios, ya que creen que los ganadores y perdedores de los últimos meses seguirán por el mismo camino en los próximos meses. El año pasado fue un gran año para esta clase de traders: la manía del momentum se extendió más allá de las grandes tecnológicas estadounidenses para impulsar también a los valores del sector financiero y de otros sectores.
Se avecina un punto de inflexión. Desde la década de 1950, según Empirical Research Partners, las acciones que lideran el mercado durante nueve meses obtienen un rendimiento promedio superior al 3% en los 12 meses siguientes. Rara vez han superado su rendimiento en más de un 20%, como ocurrió en 2024. Y después de una racha tan fuerte, las acciones momentum obtienen un rendimiento promedio inferior en casi un 109% durante los 12 meses siguientes.
Las rachas de impulso tienden a reforzar la suposición de que llegarán los buenos tiempos, atrayendo a los inversores minoristas en las últimas etapas. Eso está pasando ahora. Los consumidores estadounidenses no han sido más optimistas respecto a las acciones de EE.UU. desde que las encuestas empezaron a hacer un seguimiento de este sentimiento. La inversión momentum parece a punto de desplomarse de una forma que podría golpear duramente a muchos inversores.
Déficits que castigan
Con Trump, los recortes de impuestos y regulaciones llevarán a la economía y al mercado estadounidense a nuevos niveles, o eso dice la sabiduría convencional. Aunque la pandemia ha terminado y el empleo se ha recuperado, el déficit estadounidense sigue siendo sorprendentemente alto, en torno al 6% del PBI. De hecho, ajustado a la baja tasa de desempleo, el déficit estadounidense quintuplica el anterior récord de recuperación tras la Segunda Guerra Mundial. Y la agenda de Trump amenaza con subirlo aún más.
Los alcistas [budls] ignoran las advertencias de que la imprudencia fiscal desencadenará.
El Cronista